Finalizado el III Seminario de Iaido y Kendo "Ciudad de Maracena", nos queda reflexionar sobre las enseñanzas que Sensei Antonio Gutierrez nos ha dejado, para seguir trabajando en la línea correcta hasta que tengamos ocasión de verle de nuevo. Quiero resaltar la importancia, por él expuesta, de no confiar en nuestra memoria, y "tomar notas", que siempre nos servirán de ayuda cuando entrenemos centrándonos en algún detalle que nos llamase la atención.
En todos los cursos académicos es habitual tomar notas y redactar un resumen de lo expuesto, y en la práctica del Iaido no debemos pensar que es distinto. Tras el curso, y con las enseñanzas aún "frescas" en nuestra cabeza, podemos y debemos anotar todo aquello que suponga una novedad, o arroje luz sobre cierta duda, y que haya sido explicado. Esos apuntes se convierten, curso tras curso, Sensei tras Sensei, en un práctico -y aún más, imprescindible- cuaderno de campo al que echar mano cuando sea preciso. En mi caso, siempre redacto un texto más o menos completo de lo practicado, y realmente es interesante tenerlo a mano cuando entrenamos... nos podemos llevar una sorpresa sobre cómo recordamos cierta técnica, y cómo fue explicada en su momento. No confiéis ciegamente en la memoria, porque a veces (para unos) o a menudo (para otros) nos suele engañar.
En este curso se ha podido aprender la importancia no sólo de la dirección de la mirada, sino la distancia de la misma; se ha visto la necesidad de un correcto Te No Uchi, de aplicar la potencia en el momento justo, de la correcta apreciación de la distancia, de la necesidad de poner intención y sentimiento en cada técnica... en fín, de mil detalles que se dan por sabidos, pero que no siempre se dominan o se han entendido correctamente. Gracias una vez más a Sensei Antonio Gutierrez Velilla por su amabilidad y su buen hacer. Gracias también a quienes se han desplazado desde Sevilla, Almería y Córdoba para pasar unas horas (creo que gratas) con él y con el resto de practicantes de Granada. Y ahora, a seguir entrenando con más tesón si cabe, esperando la próxima ocasión de vernos.
