Podéis apreciar el tipo de bokken especial con que entrenan, que os recordará posiblemente al del estilo Kashima Shin Ryu.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Sobre la Yagyu Shinkage Ryu
Aquí os inserto un video muy interesante de la escuela de Kenjutsu Yagyu Shinkage Ryu. Creo que merece la pena verlo, por su calidad y por las explicaciones del maestro. ¡Lástima que solo esté disponible un fragmento!
Podéis apreciar el tipo de bokken especial con que entrenan, que os recordará posiblemente al del estilo Kashima Shin Ryu.
Podéis apreciar el tipo de bokken especial con que entrenan, que os recordará posiblemente al del estilo Kashima Shin Ryu.
jueves, 4 de octubre de 2012
Muso Shinden Ryu katas
Tal como os he comentado en alguna ocasión, siempre es bueno disponer de "ayudas de memoria" a la hora de trabajar Katas, tanto de Sete Iai como de Koryus. Aquí os pongo enlaces a unos videos de YouTube relacionados con Muso Shinden Ryu, donde podéis conseguir el fin buscado. Tomadlo tan solo como "referencia" . Ya sabéis que la práctica de Koryu puede variar ligeramente de un maestro a otro, y no hay que "perderse" haciendo mezclas de cómo se ejecutan los katas por unos y otros.
Y perdonad la calidad de imagen, en el primero de ellos; no he encontrado otro mejor.
Disfrutadlos.
http://www.youtube.com/embed/lvkAHluhRmc
Y perdonad la calidad de imagen, en el primero de ellos; no he encontrado otro mejor.
Disfrutadlos.
http://www.youtube.com/embed/lvkAHluhRmc
lunes, 9 de abril de 2012
EL PAPEL DEL KATA EN IAIDO
O Sensei decía “si ganas a tu oponente mentalmente, nunca tendrás que vencerle físicamente”. En IAIDO, el entrenamiento de Kihon y de Kiri Kaeshi desarrollan el cuerpo , mientras el del Kata entrena la mente así como la acción con ritmo y armonía muscular. Si practicamos los Katas antes o después de Kihon o Keiko, en cualquier arte marcial, y por tanto en IAIDO, se mejora la ejecución de las técnicas y la comprensión de las intenciones del adversario.
En nuestro mundo occidental, donde se ha favorecido el desarrollo de muchas artes marciales desde el punto de vista deportivo y competitivo, el Kata ha ocupado un lugar o papel secundario dentro del aprendizaje, lo que puede explicarse como una falta de comprensión del Do en sí mismo. Si nos centramos solo en conseguir la victoria en competiciones que enfrentan a dos adversarios entre sí y de forma directa, como sucede en Karate o Kendo por ejemplo, el trabajo en que nos basamos es el de velocidad y fortalecimiento muscular principalmente; no obstante, si no damos el papel que corresponde al Kata, el practicante será incapaz de disfrutar con su arte marcial según vaya envejeciendo y perdiendo fuerza muscular. Tampoco será capaz de transmitir la esencia real de su Do a las siguientes generaciones de budokas. Por este motivo, el trabajo por parejas debería siempre desarrollarse con su complemento que es el entrenamiento del Kata, en vez de considerarlo como dos “especialidades” distintas, como dos artes separadas, como por desgracia podemos observar hoy en día en muchos Dojos.
Si bien es verdad que cada una tiene sus propias características en el uso del sable japonés a nivel técnico, el IAIDO hunde sus raíces en la tradición samurai de la edad media japonesa, mientras el Kendo lo hace en la transición al siglo XX. El Kendo moderno se desarrolló a partir del combate con espada real (Shinken), pero fuera de dicho combate, el aprendizaje se centraba en el trabajo del Kata. Incluso en algunas escuelas de espada como la Hokushin Itto Ryu, el aprendizaje de Katas añadía el trabajo de Kumi Uchi, a manos vacías, contemplando la posibilidad de haber perdido la Katana en medio de un combate.
La satisfacción en la ejecución del Kata (y con ello su comprensión auténtica) debería abarcar todo el proceso de realización del mismo, y no solo su consecución final. En la competición de Kendo la mayor atención se presta a la acción de golpear rápidamente y evitar ser golpeado, hasta el punto de que en numerosos combates podemos ver cómo se pierde el Ma-ai. El Kata (tanto en Kenjutsu como en Kendo o en IAIDO) tiene que ejecutarse con un Ma-ai correcto para perfeccionar el Mittsu-no-sen (los tres Sen: Sen-wo-toru, Sen-no-sen y Go-no-sen) y el Do-chu-sei (el estado de calma en la mente y de acción en el cuerpo).
La satisfacción en la ejecución del Kata (y con ello su comprensión auténtica) debería abarcar todo el proceso de realización del mismo, y no solo su consecución final. En la competición de Kendo la mayor atención se presta a la acción de golpear rápidamente y evitar ser golpeado, hasta el punto de que en numerosos combates podemos ver cómo se pierde el Ma-ai. El Kata (tanto en Kenjutsu como en Kendo o en IAIDO) tiene que ejecutarse con un Ma-ai correcto para perfeccionar el Mittsu-no-sen (los tres Sen: Sen-wo-toru, Sen-no-sen y Go-no-sen) y el Do-chu-sei (el estado de calma en la mente y de acción en el cuerpo).
Al practicar el Kata con un sable real o sin filo, pero sobre todo sin las protecciones típicas de Kendo, se crea una tensión especial, si la visualización del Kata es correcta, que ayuda también a desarrollar un Datotsu (cortes y estocadas) más sinceros. El Kata requiere una especie de Kigurai, o "presencia" que hace al practicante sentir que “la muerte es donde vive, la muerte es donde sobrevive”, alcanzando un estado mental donde expande su Ki en la dirección deseada. El adversario encontrará imposible hacer frente a este tipo de Ki. Recordad al respecto las enseñanzas de nuestro Sensei A. Gutierrez en el momento de ejecutar Nuki Tsuke: el Ki debe “armar” previamente la salida del sable de su funda. Lo ideal, no tener que cortar, hacer desistir a nuestro adversario a través de nuestra intención, evitar la confrontación... como en la vida misma.
martes, 27 de marzo de 2012
SETE IAI Y KORYUS
Algunos "maestros" de IAIDO (y KENDO) dedican comentarios de dudoso gusto referidos a otros practicantes e instructores que empujados por el deseo natural y humano de aprender cosas nuevas amplían su curriculum marcial practicando katas de Koryus, una vez interiorizadas las enseñanzas de SETE IAI. Mi respeto, ante todo, al trabajo de los maestros japoneses que fundaron esta escuela, que se ha mostrado muy importante en la enseñanza y expansión del IAIDO a nivel mundial durante 40 años. No obstante, quiero hacer alguna puntualización. SETE IAI nació dentro de la Zen Nihon Kendo Renmei, como una escuela de enseñanza del manejo del sable para aquellos kendokas que, a fuerza de sólo utilizar el shinai, ya habían olvidado cómo utilizar un sable. Es decir, nace como una SOLUCIÓN específica para los practicantes de Kendo.
Los Koryus o escuelas antiguas, aportan enseñanzas complementarias, formas de desplazarse o de practicar ciertos cortes, envaines, etc., que no encontraremos en SETE IAI. En definitiva, el saber y la codificación que viene de muchos años atrás, cuyo origen hay que buscarlo en los siglos XVII en adelante (algún Koryu es incluso más antiguo), y a cuyos fundadores se les debe como mínimo, el mismo respeto que a los fundadores de SETE IAI.
Empeñarse en menospreciar el entrenamiento de los que buscan en las raices de esos Koryus nuevas enseñanzas, o la salvaguarda de una herencia transmitida a través de los siglos, es una postura torpe, que en nada ayuda al IAIDO, y que en algún caso busca disimular las propias carencias formativas, el escaso bagage marcial, en dichos Koryus.
Personalmente, creo que es como obtener el carnet de conducir, para no mejorar en toda la vida en la forma de llevar un automovil, y además conducir el mismo vehículo desde el primer día hasta que se abandone la conducción, aun teniendo la posibilidad material de cambiar de modelo.
No creo que quien lo haga pueda vanagloriarse de ello, y menos aún de burlarse de los que sacan aprendizaje de cada kilómetro que recorren...y lo añaden a su saber personal.
Los Koryus o escuelas antiguas, aportan enseñanzas complementarias, formas de desplazarse o de practicar ciertos cortes, envaines, etc., que no encontraremos en SETE IAI. En definitiva, el saber y la codificación que viene de muchos años atrás, cuyo origen hay que buscarlo en los siglos XVII en adelante (algún Koryu es incluso más antiguo), y a cuyos fundadores se les debe como mínimo, el mismo respeto que a los fundadores de SETE IAI.
Empeñarse en menospreciar el entrenamiento de los que buscan en las raices de esos Koryus nuevas enseñanzas, o la salvaguarda de una herencia transmitida a través de los siglos, es una postura torpe, que en nada ayuda al IAIDO, y que en algún caso busca disimular las propias carencias formativas, el escaso bagage marcial, en dichos Koryus.
Personalmente, creo que es como obtener el carnet de conducir, para no mejorar en toda la vida en la forma de llevar un automovil, y además conducir el mismo vehículo desde el primer día hasta que se abandone la conducción, aun teniendo la posibilidad material de cambiar de modelo.
No creo que quien lo haga pueda vanagloriarse de ello, y menos aún de burlarse de los que sacan aprendizaje de cada kilómetro que recorren...y lo añaden a su saber personal.
jueves, 19 de enero de 2012
ASPECTOS DEL IAIDO: KIBUN, EL ESTADO DEL ESPIRITU
En Iaido, donde no existe competición cara a cara entre dos practicantes como en Judo, Karate, Kendo, etc., los katas son la única forma de expresión, de manifestación visual de la técnica y del espíritu. Cada kata representa una situación particular, una dramatización de una situación que debe ser desarrollada con la adecuada concentración y profundidad por parte del practicante. En cuanto a las técnicas en él contenidas, una vez aprehendidas y asimiladas, hace falta "olvidarse" de ellas, quedando el desarrollo de la forma como una actuación por instinto del cuerpo; así el kata se convierte en una "meditación", una suerte de Zen en movimiento.
En consecuencia, los katas deben ser realizados con concentración, precisión y realismo, y en su experiencia podemos encontrar, más que fórmulas o trucos, un arte del comportamiento adaptado a las circunstancias, que quizá nos permita superar las dificultades y atravesar los obstáculos en nuestra vida diaria.
Por ello, si el kata no es comprendido y asimilado adecuadamente, y si se ejecuta simplemente como si de una representación "teatral" se tratara, aunque se desarrolle con una técnica correcta no deja de ser un espectáculo decepcionante para quienes lo contemplen.
Puede que algunos se acerquen a esta disciplina atraidos por hazañas de espadachines de película que vencen a múltiples agresores y al final enváinan su espada y vuelven a sus quehaceres. Son "pequeños Mushashi" en terminología de sensei Tissier, que se creen a sí mismos héroes capaces de vencer a quien se ponga por delante. Quien se acerque a un Dojo con esa idea, más vale que salga pronto de su error, o que se dedique a otra cosa.
Si en cambio se acepta el entrenamiento con corage, convicción, perseverancia, humildad, sin espíritu de "beneficio"(sin la búsqueda de honores, grados y recompensas), respetando la etiqueta y respetando lo que les enseñan sus senseis (los "mayores" o lo que han empezado antes que ellos y por eso tienen algo que transmitirles) con el tiempo se conseguirá un nivel superior al de esos "héroes" que a veces han podido ver en pantallas de cine.
Lo primero que se debe saber al iniciar el entrenamiento (y recordar si ya se lleva algún tiempo haciéndolo) es que junto con las molestias, dolores, a veces dureza del mismo, se deben vencer cuatro de los mayores enemigos de este Do: Kyo, la sorpresa, Ku, el miedo, Ghi, las dudas, y Waku, la indecisión. No dejarse sorprender, no tener miedo a nada, no dudar y no mostrarse indecisos, es vital en las artes marciales, y muy importante en la vida diaria.
Una vez vencidos esos cuatro peligros, se deberá perseverar en adquirir cuatro virtudes muy importantes, que conformarán poco a poco el caracter y el espíritu del iaidoka:
REI: la etiqueta, a veces traducida por "cortesía", el arte de comportarse de la mejor forma posible con los demás, y que no se limita a la actitud que se muestre en el Dojo, con el maestro o con los compañeros. Más allá del Dojo, que es el "lugar donde se se estudia la Vía" y no una simple sala de entrenamiento, se halla el resto de nuestras vidas, el resto del mundo; en él hay que encontrar el sitio que nos corresponde, de forma armoniosa.
CHOKU: la fuerza, la energía del cuerpo y del espíritu en comunión, que permiten plantar cara a las dificultades de la vida, del tipo que sean, estudiar, buscar trabajo, perderlo, perder a un familiar..., se trata de la fuerza de espíritu unida a la mental, y ambas unidas a la energía del KI.
SEI: el dominio de sí mismo, firmeza, serenidad, calma y equilibrio. Unido al estudio del ZEN, forma la parte más claramente "interna" del entrenamiento.
Y finalmente, SOKU: la velocidad, la rapidez de comprensión y valoración de la situación, la vigilancia siempre presente, la capacidad por tanto de reaccionar de forma instantánea a cualquier acontecimiento de la mejor forma posible. Está muy ligada al espíritu ZANSHIN.
El estudio de la técnica, los Suburis o repeticiones contínuas de la misma, la progresión en el aprendizaje, la "piedra de toque" de los exámenes, y en definitiva la práctica contínua y sincera, serán el soporte gracias al que se adquirirá el instinto, la claridad de mente, la unión de cuerpo y espíritu, y finalmente la verdadera LIBERTAD de este arte marcial, que iluminará nuestras vidas. En ese momento (unos llegan a él, otros se quedan en el camino) las técnicas nos parecerán sencillas, naturales, la victoria igual que la derrota, los maestros dignos de todo nuestro respeto, respeto que también ganaremos hacia nosotros mismos. Pero solo respeto. El ego hay que dejarlo de lado y encontrar en la práctica el espíritu que llevar a nuestra vida diaria, una vida que deberá liberarse del apego a lo material, a lo mundano, a nuestro propio Yo corporal, trascendiendo de nostros mismos y tomando conciencia de nuestra realidad, distinta a nuestro cuerpo. En ese estado FUDOSHIN, alcanzaremos el espíritu inmutable, y aún perseverando más, si los años y la salud nos lo permiten, llegaremos a alcanzar el estado de TATSU-JIN, el hombre completo, el hombre en unión con el KI universal, que ya no ve en el adversario a un enemigo, porque también él forma parte del universo.
Entonces, no serán necesarias armas, ni sable, ni maestro...
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