lunes, 9 de abril de 2012

EL PAPEL DEL KATA EN IAIDO




O Sensei decía “si ganas a tu oponente mentalmente, nunca tendrás que vencerle físicamente”. En IAIDO, el entrenamiento de Kihon y de Kiri Kaeshi desarrollan el cuerpo , mientras el del Kata entrena la mente así como la acción con ritmo y armonía muscular. Si practicamos los Katas antes o después de Kihon o Keiko, en cualquier arte marcial, y por tanto en IAIDO, se mejora la ejecución de las técnicas y la comprensión de las intenciones del adversario.



En nuestro mundo occidental, donde se ha favorecido el desarrollo de muchas artes marciales desde el punto de vista deportivo y competitivo, el Kata ha ocupado un lugar o papel secundario dentro del aprendizaje, lo que puede explicarse como una falta de comprensión del Do en sí mismo. Si nos centramos solo en conseguir la victoria en competiciones que enfrentan a dos adversarios entre sí y de forma directa, como sucede en Karate o Kendo por ejemplo, el trabajo en que nos basamos es el de velocidad y fortalecimiento muscular principalmente; no obstante, si no damos el papel que corresponde al Kata, el practicante será incapaz de disfrutar con su arte marcial según vaya envejeciendo y perdiendo fuerza muscular. Tampoco será capaz de transmitir la esencia real de su Do a las siguientes generaciones de budokas. Por este motivo, el trabajo por parejas debería siempre desarrollarse con su complemento que es el entrenamiento del Kata, en vez de considerarlo como dos “especialidades” distintas, como dos artes separadas, como por desgracia podemos observar hoy en día en muchos Dojos.



Si bien es verdad que cada una tiene sus propias características en el uso del sable japonés a nivel técnico, el IAIDO hunde sus raíces en la tradición samurai de la edad media japonesa, mientras el Kendo lo hace en la transición al siglo XX. El Kendo moderno se desarrolló a partir del combate con espada real (Shinken), pero fuera de dicho combate, el aprendizaje se centraba en el trabajo del Kata. Incluso en algunas escuelas de espada como la Hokushin Itto Ryu, el aprendizaje de Katas añadía el trabajo de Kumi Uchi, a manos vacías, contemplando la posibilidad de haber perdido la Katana en medio de un combate.
La satisfacción en la ejecución del Kata (y con ello su comprensión auténtica) debería abarcar todo el proceso de realización del mismo, y no solo su consecución final. En la competición de Kendo la mayor atención se presta a la acción de golpear rápidamente y evitar ser golpeado, hasta el punto de que en numerosos combates podemos ver cómo se pierde el Ma-ai. El Kata (tanto en Kenjutsu como en Kendo o en IAIDO) tiene que ejecutarse con un Ma-ai correcto para perfeccionar el Mittsu-no-sen (los tres Sen: Sen-wo-toru, Sen-no-sen y Go-no-sen) y el Do-chu-sei (el estado de calma en la mente y de acción en el cuerpo).



Al practicar el Kata con un sable real o sin filo, pero sobre todo sin las protecciones típicas de Kendo, se crea una tensión especial, si la visualización del Kata es correcta, que ayuda también a desarrollar un Datotsu (cortes y estocadas) más sinceros. El Kata requiere una especie de Kigurai, o "presencia" que hace al practicante sentir que “la muerte es donde vive, la muerte es donde sobrevive”, alcanzando un estado mental donde expande su Ki en la dirección deseada. El adversario encontrará imposible hacer frente a este tipo de Ki. Recordad al respecto las enseñanzas de nuestro Sensei A. Gutierrez en el momento de ejecutar Nuki Tsuke: el Ki debe “armar” previamente la salida del sable de su funda. Lo ideal, no tener que cortar, hacer desistir a nuestro adversario a través de nuestra intención, evitar la confrontación... como en la vida misma.